Capítulo 24

–Quiero saber por qué me estás ignorando

Las había guiado a un pasillo casi vacío en el ala oeste de la planta baja, el pasaje entre la recepción, conserjería y la entrada a la biblioteca. No tan profundo como para que llame la atención, no tan escondido como para llamarlo privado. Pero mientras Nova pierde el tiempo repasando qué tan alejadas del resto están, Hyori lo ocupa perforándola con la mirada. 

Está esperando una respuesta a su pregunta, su rostro tan decidido como siempre, sus ojos empañados de preguntas que claramente la molestaban. Estaba siendo abierta.

La noción la hace temblar. Hyori siempre era tan transparente, sobre todo cuando estaba enojada, sobre todo cuando estaban juntas -ella se enojaba bastante seguido cuando estaban juntas, así que quizás no eran dos cosas separadas-. Nova no era así. 

No necesitaba un espejo para comprobar cómo se veía. Fría, aburrida, distante.

Solo ella sabe que su mandíbula está tensa y le cuesta tragar saliva, pero por fuera es indiferente. Una perfecta máscara de desinterés que algún día le había costado pretender, pero que ahora le resultaba tan fácil -y automática- como respirar. Un mecanismo de defensa que se deslizaba en su rostro cuando menos lo esperaba.

Hyori la mira a los ojos, rebosando verdad. Nova no podría decir eso de ella misma. 

En su lugar…

–¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones?– replicó.

La sorpresa duró poco en mantenerla callada. 

–¿Vamos a jugar al jueguito de la inmadurez? Perfecto.

Frustración. Hastío. Le llenaron el pecho como una explosión sombría, erizandole la piel del cuerpo a su paso. 

¿Era eso lo que Hyori sentía? ¿Era solo su imaginación molestándola?

 ¿Acaso estaba enloqueciendo?

Las voces a su alrededor sonaban también un poco más fuerte. Se le ocurrió que quizás era la segunda opción, pero un pequeño grupo de estudiantes apareció por el pasillo y supo que eran ellos los que había escuchado acercarse. Al verlas de pie ahí se fueron tan rápido como pudieron. 

Hyori rodó los ojos ante la actitud infantil y volteó a verla como si nada. 

Para ella ni siquiera era una interrupción.

Hyori nunca iba a entender los granos de arena acumulandose a su alrededor hasta ahogarla. La forma en que se quedaba sin aliento aún cuando podía respirar perfectamente. 

Ella nunca iba a entender algo así. Ella iba a pensar que era una tontería. Una excusa. Una invención.

Ni siquiera tiene que elegir, automáticamente finge que nada la hace temblar, y contesta lo primero que su mente formula. 

–¿Desde cuándo es inmaduro decir la verdad?– la sonrisa ladina le tembló en los labios, pero mantuvo la postura. Si cruzó los brazos sobre su pecho para disimular el temblor en sus manos, nadie lo podría saber. 

Había ensayado ese acto tantas veces que lo sabía. Nadie lo reconocía.

Nadie la conocía.

A nadie le importaba. Estaba bien con eso.

–Me preguntás por qué te ignoro pero ¿Desde cuándo tengo que tener razones para hacerlo?

–Te recuerdo que estamos solas– «mentira» –no hay razones para seguir peleando– «siempre las hay» –o ignorándonos porque sí– «también bajaste la voz, no es por que sí ¿verdad?»

Hyori la miraba como si viera en ella una niña irracional. Como si ella tuviera que ser la razonable de las dos. 

¿Nova parecía irracional ante sus ojos? ¿Incluso controlándose? ¿Incluso intentándolo? ¿Ella estaba intentando hacerla sentir que enloquecía?

¿Esto era lo que había entre ellas?

–No habrás creído que teníamos algo “especial ¿verdad? Porque las omegas siempre hacen eso…

¿Estaba cometiendo un error? ¿Estaba haciendo algo que debería haber hecho hace demasiado tiempo?

¿Estaba cediendo ante el miedo?

–De qu-

–¿No es así? Les das un poco de lo que creen que es cariño y comen de tu palma… Muy rudas, pero un par de mimos y se vuelven unas románticas todas blanditas y suaves ¿eh Park?

La ira le llenó el pecho, no era de Nova. Crecía mientras las mejillas de Hyori se ponían cada vez más rojas. Manchas en su piel pálida, en cada parche visible, y lágrimas en los bordes más pequeños de sus ojos. 

Pero entonces se le ocurre que algo estaba mal con el vínculo entre ellas -asumiendo que este existía-, porque Hyori claramente no estaba pasando por lo mismo. Ella no sentía lo que Nova sentía. 

El miedo no la paralizaba como a Nova, no le congelaba los dedos en pleno verano, no le lastimaba cada parte del cerebro. Ellas no estaban en sintonía. ¿Siquiera eso era posible?

No lo sabía. Solo que Hyori era puro fuego en ese momento. 

Nova era hierva seca, esperando una chispa para arder hasta morir.

–¿Disculpame?– gruñe entre dientes –Qué mierda te pasa, pedazo de pelotuda.

No quería hacerlo. No debía hacerlo. ¿O debía?  Era casi un reflejo. Era casi un deber.

–Que sos asfixiante, eso me pasa. 

–Ah, en serio?

–Típico de las omegas. Sos insoportable ¿Estás en celo acaso?

–¿En celo? qué caraj-

Hyori se congeló por un segundo, casi como si no encontrase palabras para expresar su enojo. Pero se congeló porque así lo sentía ella. Solo ella.

Nova lo sabía. No era el congelarse que ella vivía. Hyori no sabía lo que se sentía. 

Nova estaba sola. 

–Yo seré asfixiante, pero vos sos una histérica de mierda que no sabe lo que quiere– le gritó.

Nova quiere cerrar la boca y correr. Quería gritar y llorar hasta que el ardor se apagase en su pecho. Quería un abrazo que no iba a recibir, que no iba a pedir. 

No hace nada.

Murmullos, voces, miradas. Estaban demasiado cerca del pasillo, estaban demasiado cerca para sincerarse. O quizás ella ya estaba demasiado lejos. 

–Ahora mismo sé exactamente lo que quiero– le grita, la mentira se apiña en su garganta antes de salir. –Te quiero lejos. Andá a lloriquear y quejarte en algún rincón porque dejaron de darte atención, y dejame en paz.

Las manos con las que quería taparse la boca le habían dejado de responder, así que solo se quedó congelada, con el cuerpo que no la obedecía y el horror que le cerraba la garganta. Hyori, por primera vez desde que se conocían, retrocedió un paso.

No lo hizo cuando la atacó en el pasillo, en su cumpleaños, ni la primera vez que discutieron y le mostró los dientes, ni después de que Nova ganó una pelea. Porque ella no retrocedía. 

Hyori se alejó de ella treinta centímetros.

Pero era más que eso.


Comentarios

Más populares!

Index!

"Alfas" (índice)

Capítulo 4