Capítulo 8

 Eros cuidate el culo porque te lo quiero patear

Leto creo este grupo

Leto te agregó al grupo

Leto

hola giles, están libres esta tarde?

Eros

hey! por qué el nombre del grupo?

porque sos un pelotudo

Cambiaste el nombre de la conversación a Eros cuidate el culo porque te lo vamos a patear

decías?

Leto

si están libres

sip, aunque la cuestión no es si nos juntamos o no, la cuestión es donde. 

Nova

mis padres no van a estar en casa, si quieren vamos juntos a la salida

Dennis

mmm creo que es mejor que nos pases la dirección, yo quiero llegar a mi casa y bañarme antes que nada

Kere

y bien que te hace falta 

amo confirmar que no soy la única forra de este grupo

Nova

ahí les paso la ubicación.

Cuando se detiene frente a la puerta blanca, decide tomarse un momento para respirar profundo. Dentro están Leto y Dennis, lo sabe porque puede oler jabón de lilas y esmalte como si no los separaran paredes. Nova no está.

Su casa huele a ella, obviamente, pero de alguna forma, sabe que no está ahí. 

Alguien se aclara la garganta a sus espaldas. 

–¿Pensabas golpear en algún momento?

Se hace a un lado y la deja abrir, absteniéndose de contestarle. 

–¡Volviste!– señala Dennis con una sonrisa.

–Cuando olí el café pensé que ya se iban a golpear– ironiza Leto. 

–Soy una persona civilizada– le responde levantando el mentón. 

Se sienta en el sofá, junto a Dennis, y una parte de ella está terriblemente incómoda ante sus aromas, como si fueran intrusos. El problema es que no lo son. O, mejor dicho, que ella es tan intrusa como ellos. 

El problema es que ella no debería sentirse tan familiarizada con el entorno de Nova. 

Necesita ir al baño. 

–¿Park? ¿Necesitas algo?– la detiene su voz cuando llega a la puerta del pasillo.

–Iba al baño

–¿Y pensabas abrir cada puerta hasta encontrarlo?– reclama indignada, aunque ambas sabían que mentía. Que era un descuido de la mente distraída de Hyori. Que ella no debería saber dónde estaba el baño. 

–Me descubriste. Pensaba meterme en tu cuarto y tirar una bomba de olor, o dejarte una caca– ironiza, sonriendo como demente. 

Cuando llegan a la puerta del baño (innecesario) Nova la detiene antes de que gire la manija. 

–Dejaste de leer mis mensajes anoche– señala en voz baja. Ella no le contesta, sus labios apretados en una línea. –Quería decirte que si me importa… Que no me gusta que estés enojada conmigo… Solo quería que lo supieras, aún cuando me ignoraste todo el día

–No te ignore– replica, evitando su mirada.  

–Literalmente te cubriste la cara con un libro cuando pasé en la biblioteca 

–Se llama leer– ironiza, –para eso están las bibliotecas

–El libro estaba al revés

Era verdad, así que decidió ignorarla y entrar al baño. Cuando cerró la puerta la escuchó alejarse, sus pasos pesados informándole que estaba molesta con ella. 

–Mejor– ironiza para sí. 

Agua en su rostro y un par de respiraciones profundas y al fin se siente lista para salir. Apenas había dado un paso fuera del baño cuando olió limones, así que no le sorprendió ver a Eros en la sala.

–Yo me sentaba ahí– reclama empujándolo, incluso aunque no le importa realmente. Él rueda los ojos y se cambia de asiento justo cuando Nova regresa de la cocina. 

Una bandeja y cuatro cafés helados en ella. Hyori la mira con una ceja inquisitoria. 

–Como no estabas no te preparé nada– se excusa, el brillo de la venganza en sus ojos. 

–Ah pero vos sos una imbécil

–Alguien que te lo dice, me agrada.

Nadie había notado que la madre de Nova estaba en la casa, su aroma de azucenas camuflado a la perfección en la marca familiar, así que todos soltaron exclamaciones de sorpresa al escucharla. La alfa apareció desde la penumbra del pasillo, con un bolso colgando contra su cadera y un juego de llaves entre sus dedos. 

–Aster Black, madre de la imbécil– se presenta, recorriendo a los adolescentes con la mirada para luego volver sus ojos a Hyori, una sonrisa amable en su rostro. 

–Leto Tóth, un gusto

–Dennis

–Eros Smith

–¿Cómo la banda?

–Mis padres son graciosos

–Park Hyori– se presenta ella finalmente, con una sonrisa pronunciada que le oculta los ojos en medialunas. –La única persona honesta con su imbécil

–Y su enemiga jurada– añade Dennis con una risa. 

La alfa también ríe antes de hablar –¿Enemiga jurada? estoy segura que pasan mucho tiempo juntas... Siempre huele a café. 

El rostro de Nova se desfiguró de horror ante el comentario, pero antes de que tuviera tiempo para entrar en pánico, Hyori tomó el control de a situación. 

–Estamos tratando de llevarnos mejor, pero no la puedo considerar mi amiga, señora– explicó. 

–Es sensata, me agrada– le dice a Nova, una sonrisa cómplice en sus labios. 

Con una distraída mirada al reloj de su muñeca pareció recordar algo, así que tomó un abrigo de una silla y corrió a la puerta. –Voy a llegar tarde y tu padre se va a quejar por horas… No creo que regresemos para la cena, pero seguramente te veamos mañana, te amo estrellita 

Y ya estaba fuera. Cuando los hombros de Nova comenzaban a relajarse, la mujer volvió a asomarse por la puerta. –¡Fue un placer chicos!– saludó antes de desaparecer.

–Tu madre es genial– comenta Hyori, abriendo la mochila.

Un suave aroma a frutillas delató a Kere antes de que tocara el timbre.

***

Cuando terminaron el trabajo, Leto preguntó si habían entendido la última clase de matemática. Hyori se ofreció a explicarle, y como Eros mencionó la cercana evaluación de química, terminaron repasando esos temas también.

–¿Ves? No es tan difícil si te acordas de las fórmulas– señala con una sonrisa. 

Al fin, mirando la hoja, Eros asiente, pensativo. 

Con eso habían terminado. Kere, Hyori y Eros se levantan de sus lugares casi al mismo tiempo, comentando sobre el colegio y despidiéndose de Nova, que ya comenzó a levantar los vasos usados y el plato con migas de lo que fueron las galletas. 

Cien metros lejos de la puerta, camino a la parada de colectivos, Hyori detiene su marcha por completo.

–Me olvidé el celular

Vuelve dos pasos sobre los suyos.

–Oh, okay!– Ambos se disponen a regresar con ella, pero antes de poder rechazar la compañía el colectivo gira en la esquina.

–¡No hace falta! Ya llegó el colectivo, yo puedo caminar

Así que vuelve a pararse sola frente a la puerta blanca, respirando hondo.

Toca con sus nudillos, y cuando Nova abre parece sorprendida de verla. Ella no le deja en ascuas.

–Estaba enojada, un poco. Te ignoré porque no quiero hablar de eso, pero si sacabas el tema iba a hacerlo de todas formas– Suelta, roja hasta las orejas y sin mirarla a la cara.

Y cuando va a irse, cuando el colectivo ya pasó a sus espaldas, cuando no tiene que fingir buscar nada, Nova tira de ella, atrapándola en un abrazo. No tienen que moverse de la puerta, no hay urgencias ni secretos que mantener, así que cierra los ojos y apoya el mentón en su cabeza, disfrutando de la forma en que sus rizos le hacen cosquillas en el cuello.

–¿Querés entrar?

***

–Me pongo algo cómodo y vuelvo

–Una excusa para quedarte en paños menores, pervertida 

Nova se ríe de sus palabras, sin negarlo o confirmarlo, y Hyori deja sus cosas en el suelo junto al sofá.

–Podés servirte lo que quieras mientras tanto, mal pensada

Mientras se cambia a un pijama, sus ojos se cruzan consigo misma, en el espejo. Solo entonces se da cuenta que no puede dejar de sonreír como tonta. Niega con la cabeza y aparta la mirada. 

Había extrañado los brazos de Hyori a su alrededor.

Para cuando regresa, ella ya encendió la cafetera y dejó su taza favorita sobre la mesada (una gigantesca de cerámica blanca). Está descalza en el sofá, con el celular en la mano y las piernas enroscadas, pero al escucharla entrar se voltea en su dirección.

–Kere me acaba de preguntar si estoy ocupada, para juntarnos y que le explique las funciones de matemática de quinto

Nova se pierde la expresión de su rostro, le basta con escucharla tan alegre. Corrección, por escucharla tan alegre con tener una cita con alguien más. Camina hasta la cafetera y la apaga, escondiendo en el camino su ceño fruncido.

–Genial, uno más que te alimenta el ego huh?– La escucha reír y se contagia. 

No la escucha moverse, así que sospecha su respuesta. En la taza pone dos bochas de helado y el café caliente, unos cubos de hielo y azúcar. 

Cuando se voltea, Hyori la mira desde la misma posición. 

–Profesora Park… suena sexy, eh?– presume. 

Nova llega al sofá en silencio, así que ella le da un suave empujón en la cadera con su pie, instándole a responder. La alfa solo rueda los ojos. 

–Profesora Park suena a una vieja amargada y solitaria que espía a su vecino y tiene un gato que se llama Fifi

Cuando está por darle un trago a la bebida, Hyori se la quita de las manos. 

–Prefiero mi versión, de todas formas, gracias por el café, aguafiestas–. Nova la imita con tono infantil y se sienta también, viéndola beber. –Hey, ahora que lo pienso… 

–Kere está re fuerte, me lo voy a levantar usando matemáticas porque eso seguro funciona?– ironiza. Hyori la ignora.

–Si tuviera una moneda por cada vez que alguien, me pidió que le explicara funciones lineales de quinto año, tendría dos… Lo cual no es mucho, pero es increíble que haya pasado dos veces, ¿no? 

La carcajada de Nova resonó en toda la sala. Y si se sintió un poco culpable de su comentario innecesario (y cargado de celos) no lo demostró al agregar:  

–¿Realmente acabas de citar a Doofenshmirtz?

–¿Algún problema con Phineas y Ferb, Black? 

Si bien su voz trataba de ser intimidante, tras sus palabras, la risa de Nova solo se intensificó. 

–Absolutamente ningún problema, profesora Park– respondió la alfa. 

Incorporándose en el mullido asiento, Hyori se estiró hasta dejarle un beso en los labios y, luego, se levantó para buscar su celular. Cuando volvió a su lugar en el sofá, Nova se lanzó sobre ella, dejándole un beso en la nariz que ella recibió con una risa. 

–Deberíamos ver esa película– comentó. 

Nova se incorporó con rapidez. –Tengo la película en dvd, está en mi cuarto– explicó, divertida por la confusión en su rostro. –Buscala, está en la estantería bajo el escritorio… mientras tanto hago algo para comer. 

Hyori bloqueó su celular, asintiendo, y caminó con pereza a su cuarto.