Capítulo 6

 –Qué mierda te pasa– exigió saber. 

La rodilla le sangra, pero sus heridas no terminan de cerrarse por la arena incrustada en su carne. Cierran, ella se mueve, y vuelven a abrirse.

Aún así, a pesar del dolor y la molestia constante, Hyori no les presta atención. 

Está furiosa, y Nova cree que tiene razones para estarlo (aunque no va a decirlo). 

Estaban jugando un partido simple, poniendo en práctica lo que habían perfeccionado esa tarde, y aunque ella y Sean estaban en el mismo equipo, no lo parecían. 

–Fue un accidente, no podés ponerte así– le restó importancia el alfa.

–Estoy libre para pases y no me das la pelota, aún si eso significa que te la roben, y encima paso por el costado y me empujas?!– cuenta con los dedos, –quiero saber cuál es tu puto problema conmigo, además de que te patee el culo la ultima vez que jugamos… 

Una media sonrisa se le escapa con la última parte, aún cuando eso solo alimenta el enojo de Sean y no sirve de nada. Sin embargo, él logra ignorar la acotación.

–¿No será que vos sos muy delicada para jugar con alfas? 

El partido definitivamente estaba detenido, así que sus compañeros comenzaron a acercarse, curiosos y atentos a la discusión. Nova entre ellos.

Una parte de ella se preguntaba si no debería intervenir, el aroma a moras de Sean estaba cubriendo toda la zona mientras decía estupideces y Hyori definitivamente no merecía lo que le estaba diciendo. Pero si lo hacía, si se metía ¿eso no sería darle un tratamiento especial? 

Es decir, ella no estaba de acuerdo con él, más allá de que el omega en cuestión fuera Hyori. Si le hablara así a otro omega, o a un beta, o a alguien sin rango… Nova estaría interviniendo. Lo sabía. 

Pero si se trataba de Hyori… ¿Esperaba alguien que lo hiciera? ¿Que peleara con un amigo para defender a su enemiga?

No.

Nova no tenía nada que ver con las peleas de Hyori, ellas no tenían una relación como para inmiscuirse en sus asuntos. Y ella se podía defender sola, eso era más que obvio.

–¿No será que vos sos demasiado imbécil para ser un capitán?

–Soy un excelente capitán, Park.– Acentúa, en un tono arrogante que combina con su sonrisa. –Ocupo el lugar de líder que se me asignó naturalmente 

–Y a mi se me asigna naturalmente arrancarte los testículos con una tijera de podar, y nos evitamos que te reproduzcas– amenaza, despertando algunas risas en sus compañeros. 

–¿Pensando en cómo me voy a reproducir, omega?– se burla él en respuesta, un paso más cerca de la chica.

Los dientes de Nova se aprietan cuando lo ve inclinarse hacia ella hasta quedar cara a cara. 

 –Sabía que todo esto era por algo ¿Acaso estás en celo?.

Hyori le da una cachetada, lo suficientemente fuerte como para hacer eco en el polideportivo escolar, y de inmediato encuentra su cara atrapada en las garras de Sean. Literalmente entre sus garras. 

Furioso, el alfa la tomó por las mejillas, hundiendo sus uñas crecientes y manteniendole el rostro fijo en su dirección. –No vas a faltarme el respeto, Omega– ordena con un gruñido. 

En un movimiento demasiado veloz como para que ella pudiera evitarlo, la suelta para darle él un golpe en el rostro. 

Y es cuando Nova decide intervenir. Parada entre ambos, reteniendo sus ganas de morderlo, lo empuja lejos de Hyori, lo suficiente como para hacer notar que es una advertencia. 

–Te fuiste a la mierda, Sean– remarca Akane, que también había dado un par de pasos hacia adelante, en dirección a Hyori -que miraba la escena con ojos perdidos y en silencio-.

–Qué mierda te pasa, ¿huh?– grita el alfa, directo en el rostro de Nova. Con burla, agrega –¿Recién ahora se te despertó el instinto protector de omegas?

–Solo no tengo ganas de ver una pelea, Woods– responde, con toda la calma que logra reunir. –Terminemos el juego y cada uno a su casa.

–¿Woods?– la incredulidad en su voz parecía rozar la indignación. –Ella puede ser una omega ahora, pero eso no le saca lo perra insoportable, Black– remarcando sus palabras con un filoso dedo en el hombro de Nova, que la empuja hasta hacerla retroceder un paso, una sonrisa irónica se le cuela en los colmillos. –Vos más que nadie debería recordarlo

–Lo que yo recuerde o no, no es tu asunto y no tiene que ver con esto.

–Como digas– ironiza el capitán.

Un silencio se instaura entre ambos, desafiante, pero ninguno se mueve.

Micka adelantó un paso del resto, quedando a medio camino entre Nova y Sean. –¿Terminaron de hablar? porque creo que ya no tenemos tiempo para terminar el juego.

Con una sonrisa soberbia, Sean da un par de pasos y levanta la pelota, asintiendo a las palabras de la otra alfa. 

La tensión se había diluido lo suficiente, pero toda la atención de Nova estaba en el chico. Lista para anticiparse a cualquier intento que hiciera contra Hyori.

–Mejor vamos a calmarnos, eh, Nova?

Sin embargo, ella no pudo responderle, Hyori la apartó del camino con una suerte de empujón "suave", adelantándose para arañarle la cara a Sean. Hundió las garras en su frente y las líneas que dejó incluyeron los párpados del chico, que empezaron a sangrar. Las rodillas del chico cedieron casi de inmediato con el dolor. 

–Per-

–Además de insoportable, soy una perra traicionera– se burla, el placer enroscándose en su sonrisa. 

–¡Qué acaba de pasar!– grita el entrenador, finalmente acercándose al grupo, con una mirada preocupada sobre Sean.

–Estaba enseñando algo de modales a su capitán, Señor– excusó Hyori, y antes de que nadie pudiera siquiera pensar en agregar algo, ella ya estaba dirigiéndose al borde de la cancha, donde estaban los bolsos de deporte del equipo. 

El hombre, perplejo y visiblemente agotado, los despidió por el día, así que pronto todos estaban saliendo del lugar. 

Antes de salir por la puerta, Nova logró cruzar una mirada con Hyori, y para su sorpresa, lo que vio no le gustó

Omega 🍀

Llegaste bien?

si

Ya comiste algo? 

te duele la cara o la rodilla?

si, comí

y no, no me duele nada

??

te pasa algo

no

no fue una pregunta

uy, perdón

me olvidaba que sos adivina

el sarcasmo no te queda

la cara de flamenco pasmado tampoco te queda y no te digo nada

estás enojada?

no importa, Nova. Ya se me va a pasar

voy a dormir un rato, okay



El celular vibra un par de veces más, pero Hyori no vuelve a revisar. 

No necesita ver la pantalla para saber lo que Nova le responde. De todas formas hay solo dos opciones; acepta su ofrenda de tregua y le desea dulce sueños, o le pide que le cuente y, de ser esa la correcta, se enredan en una interminable discusión donde ninguna de las dos cederá, llegará la hora de la cena y luego se irá a dormir con un terrible sabor de boca. 

Las dos opciones terminaban igual; ella durmiendo con un nudo en el pecho que no podía deshacer. 

El celular le pesa sobre el pecho, así que lo aleja de su cuerpo, pero permanece en la misma posición. Acostada en su cama, con los ojos en el techo y las ganas de llorar atoradas en la nariz. 

No podía decirle la verdad de todas formas. 

¿Qué ganaba haciéndolo?

Ellas no eran nada especial, Nova ni siquiera debería haberse metido cuando Sean la golpeó, así que ¿por qué iba a decir algo sobre sus palabras? 

Esa no era la primera (lo más seguro es que no fuera la última) vez que un alfa enojado la llamaba así. Perra insoportable

Y no iba a defenderla nadie, lo sabía. Casi todos pensaban que lo era. 

Nova evidentemente no iba a defenderla de la verdad. Y ella…

Su silencio le dolió.

–Solo esta vez– se promete en voz baja, solo para sus oídos. 

Cierra los ojos y vuelve al campo de juego, a Sean, a Nova, al entrenador que sólo interrumpió cuando le pareció conveniente, que solo la sumó al equipo por su rango, algo que la perseguía con culpa. Vuelve al enojo que la llena cada vez que alguien resalta que es omega, como si eso significara algo más. Algo malo. Vuelve a Nova, y su silencio cargado de una verdad que Hyori no quería conocer.

Vuelve a cuando pensaba que ser omega era lo peor que podía pasarle. Vuelve a despertarse ese trece de octubre sabiéndose una.

Respira hondo y entierra esos pensamientos en el fondo de su mente, donde no puede escucharlos. Abre los ojos y está en su cuarto, con el celular silencioso y menos luz entrando por la ventana. 

Ella no la necesitaba. 

Ella no necesitaba a nadie, mucho menos para defenderla de alfas.


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