Capítulo 11

Sostenían la risa como podían mientras Hyori clavaba sus pies en el suelo y empujaba el cuerpo de Nova hacia adentro. Estaba ayudándola a colarse en su propio patio por la medianera, todo porque había perdido sus llaves 

Cuando lo logra, la chica levanta una mano con el pulgar hacia arriba y Hyori se aleja de la pared, unos cuantos pasos. Nova no tarda en asomarse por arriba, deteniéndola con voz rota y susurrante. 

–Hyori

–Qué– le respondió de la misma forma, haciéndola sonreír. 

Nova tenía varias sonrisas. 

Para cuando quería burlarse, para cuando la situación podía más que su deseo de parecer estoica, para cuando veía algo adorable, para cuando era amable… Sin embargo, la que llevaba en ese momento era una especial. 

Dulce, somnolienta y completamente inusual. 

Solo para Hyori. 

Y era hermosa. 

Lo suficiente como para encogerle el corazón en una pequeña bola de papel. 

–¿Querés quedarte a dormir? 

Y, la verdad, era mejor para ella si se iba a su hogar. No estaba tan lejos, ni se encontraba tan cansada... Pero mientras lo pensaba ya estaba trepando la medianera, con Nova tirando de su brazo al interior. 

De repente, la alfa se detiene por completo, llamando su atención.

–Podría haberte abierto, si ya estoy adentro… 

–Bueno ya tengo la ropa sucia y los codos raspados, así que me da igual, ayudame

Un tirón casi irónico y la omega aterrizó con un golpe sobre ella, la sorpresa del dejando lugar a la risa desenfrenada. 

En ese momento solo eran ellas dos. 

–Creo que tengo un pijama limpio por acá– murmura Nova, más para sí misma que para ella. Cuando lo encuentra le lanza una remera desgastada a Hyori.

–Hey, es casi mi banda favorita

–¿Si? Si querés podés dejartela

–Iba a quedármela aunque no me dejaras hacerlo, tarada– el final de la oración se pierde cuando pasa su cabeza por el cuello pero Nova la entendió igual, así que solo rueda los ojos.

Un último tirón y logró sacarse el pantalón, tirándolo al cesto de la ropa sucia para luego caminar a la cama. 

–¿Vas a dormir con la camisa apestosa de la fiesta?

Su tono asqueado era divertido, pero molestarla no era su único propósito en la vida. Como única respuesta, Nova se quitó la camisa y la lanzó también al cesto. 

–Bueno... ¿vas a dormir con los calzones apestosos de la fiesta?– agrega levantando las cejas.

–Solo te agrado por mis habilidades amatorias, verdad?

Hyori se tapó la boca pero aún así podía escucharse su risa. Nova no pudo más que sonreír.

***

Hyori no tardó demasiado en dormirse. Se acurrucó contra su pecho, cruzandole una mano sobre el abdomen, y murmuró un –gracias– antes de desvanecerse. 

Nova simplemente no logró hacerlo. 

En su lugar, la observó un rato. 

Las pestañas cortas, la piel suave de los párpados, un poco de delineador que no limpió correctamente. Labios llenos, mejillas redondas.

Hyori estaba a salvo. 

La sola idea de que no lo esté le revolvía el estómago. Su lobo aún estaba alterado y enfurecido, pero poco a poco comenzaba a relajarse. 

Pero la calma le dio lugar a otros pensamientos. Ahora, más tranquila, lo que la mantenía despierta era el hecho de que,  por primera vez, Hyori le había mostrado que podía sentir miedo.

A ella.

Era ridículo, pero Hyori era una clase de superhéroe antes los ojos de la mayoría. No parecía sentir miedo o dolor nunca, y le salía natural. Si bien Nova había estado segura de que eso no era más que una fachada, la idea resultaba difícil de creer sin pruebas. 

Cuando la había detenido fue por impulso. En silencio esperaba otra muestra de indiferencia, incluso palabras hirientes y algún golpe. Pero, aún así debió intentarlo. Tuvo que hacerlo por su lobo, que parecía convencido de que ella necesitaba a alguien. 

Que Hyori no quería estar sola. 

Y cuando ella la abrazó, Nova supo que su alfa tenía razón. 

Hyori siempre sostenía su imagen de chica dura, y lo era en muchas formas, pero, hasta para la persona más ruda habría días difíciles. 

Mirándola dormir, Nova pensó que se sentía feliz. 

Hyori era una de las personas más valientes y cabeza dura que había conocido en su vida, pero también era humana. Era capaz de sentir dolor, miedo y debilidad. Y la había dejado verlo. 

¿Eso la volvía alguien especial en su vida? 

No quería saber la respuesta, pero la calidez le invadió el pecho. 

–Gracias– le susurró en respuesta.


Comentarios

Más populares!

Index!

"Alfas" (índice)

Capítulo 4