Capítulo 49

El timbre sonó y Nova rodó los ojos, soltando la lapicera sobre la tarea de biología. Su madre acababa de salir, y, como siempre, se habría olvidado las llaves.

Miró rápidamente la mesada de la cocina, las llaves no estaban allí.

Dejando el cómodo sofá, sonrió divertida y caminó a la puerta. Seguramente la había guardado en el bolsillo de su sobretodo.

Del otro lado de la puerta, Park Hyori la miraba con los labios apretados en una línea y mucha indiferencia.

Llevaba jeans claros y una remera blanca con un pequeño girasol bordado a la altura del corazón. Tenía el largo cabello húmedo y recogido en una cola de caballo alta. El olor de su shampoo le llegó a la nariz y la estremeció. 

Nova solo podía pensar en que sus esfuerzos por no hablarle acababan de ser arruinados.

Ignorando el hecho de que estaba vestida con su pijama, se apoyó en el marco de la puerta y levantó la barbilla a modo de saludo. 

–Veo que estamos tan educadas como siempre– suelta sarcástica. Antes de poder contestarle, continúa –no me importa. El profesor me envió.

–No tenías que traerme nada, por lo que veo– responde. –¿Tanto deseabas verme como para venir hasta mi casa?

–Ya quisieras. no tengo tu número.

–Seguro– rueda los ojos. –Si es para controlarme y amenazarme con sacarme del equipo, podés decirle que estuve haciendo tarea todo el día.

–No soy tu maldita paloma mensajera, Black– la corta con sequedad. –Y aunque te encantaría, tampoco soy tu mucama.

¿De donde había salido eso último?

Hyori se sonrojó por un momento, como si acabara de notar sus propias palabras, pero no se retractó. 

–Me pidió un favor y acá termina. Mañana, reunión a las nueve, creo, en la cafetería de la esquina del colegio. Tenés que ir porque va a confirmar nuestras posiciones para el partido y qué sé yo qué más.

Termina, cortante, y gira en su lugar para irse. 

–Imposible, tengo cosas planeadas para mañana a la mañana.

–Entonces tendrás que posponerlas, sos la capitana del equipo por ahora, tenés que ir.

Nova frunce el ceño ante la información. Hyori está por cruzar la calle, así que no pierde tiempo. Camina sobre el suelo helado en puntillas, ignorando las piedras que se clavan en sus medias, hasta llegar a ella y detenerla.

Hyori arranca su brazo del agarre, volteandose a enfrentarla.

–¿Y Woods?

–Tuvo un accidente– contesta vagamente.

Nova pasea una mirada pensativa por la vereda, y esta vez Hyori no corre lejos de ella a la primera chance.

–Pensaba ponerme con esa actividad de Filosofía…– comenta, divagando. –Tendré que hacerla hoy, encima no tenía idea de que era grupal…

Ella le sonríe.

–Me pasa exactamente lo mismo, pero no me ves lloriqueando al respecto– resalta. –Consolate con que no vas a ser la única en entregar sola.

–La profe nos baja puntos si no cumplimos con los grupos– recuerda Nova, ignorando el ataque deliberado.

–Si no lo decías, ni me acordaba– ironiza. 

Rueda los ojos y se aleja, así que Nova vuelve sobre sus pasos, cerrando la puerta de entrada detrás de ella.

Un segundo después vuelve a abrirla.

–¡Park!– grita desde el umbral. 

Hyori se gira, casi aburrida.

–Black

–Sé que no nos llevamos bien– aclara rápidamente –pero, podríamos hacer el trabajo juntas y nos ahorramos problemas y tiempo.

Luego de decirlo la idea parece tonta en su boca. Casi está lista para escucharla burlarse de ella. Sin embargo, Hyori frunce el ceño, pensativa, y regresa un par de pasos.

–No creo que sea una buena idea–, no parece tan convencida de sus propias palabras. –Cuando estamos cerca, sobre todo solas, terminamos mal… Y, aunque no lo creas, no estoy de humor para eso hoy.

–No siempre– le recuerda, cruzando los brazos divertida.

–Obviamente– rueda los ojos. –No siempre estoy de humor para golpearte.

–Me refería a que no siempre terminamos… mal– la interrumpe Nova. 

La sonrisa que baila en sus labios dice lo que no admitirá en voz alta, y para su sorpresa, Hyori relaja su expresión y ríe. 

–Preferiría que nos hubiésemos roto las narices– comenta risueña. 

Una mirada gélida le hizo saber que no había humor detrás de sus palabras, lo que la hizo sentir genuinamente extrañada y algo -casi nada- ofendida. 

Cuidó de no demostrarlo al preguntar.

–¿De verdad?

–Sí,– confiesa, antes de añadir en tono cómplice, –pero es más por vos que por mí.

–¿Por mí?

Hyori se encoge de hombros, apoyando su peso en la pared junto a la puerta.

–Después de golpearnos no te da vergüenza verme a la cara– simplifica.

–Ah…– la imita, apoyándose en la puerta. –¿Te ofendió que no me haya quedado para el ‘qué somos’ de la mañana siguiente?

–No, de hecho agradezco que me evitaras las náuseas

Un mechón ensortijado se le había escapado del pañuelo con el que los mantenía lejos de su rostro, y ahora rozaba la frente de Hyori, que la desafiaba con los brazos cruzados sobre el pecho.

Nova no podría decir cuándo habían terminado tan cerca la una de la otra.

–Y, como obviamente pienso en tu bienestar, vamos a hacer el trabajo juntas– afirma.

Más segundos de silencio inundan el espacio entre ambas. Luego los hombros de Hyori se destensan y sonríe -esta vez de verdad-, negando con la cabeza. Un brillo de diversión le inunda la mirada. 

–Esa fue buena– admite, empujándola a un costado para poder entrar.


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