Capítulo 47

La lluvia la alcanzó mientras caminaba a casa, no era copiosa pero Hyori decidió trotar para evitarla. Concentrarse en su respiración la ayudó a ignorar el enojo que aún la perseguía.

Al llegar a la puerta principal se detuvo, respirando y calmándose para no alarmar a nadie (aunque por el lazo probablemente lo había hecho).

Con manos cansadas, quitó la venda ensangrentada y la arrojó a un cesto de basura. Comprobó que no había rastros de las heridas para ese momento, pero seguramente su familia sospecharía que algo había pasado. 

Probó dejar una sonrisa entre sus labios al entrar, pero no le duró demasiado; Seth estaba enroscado en el sillón de la sala, llorando. Y al parecer el vínculo sí ocultaba cosas, porque Hyori no percibió nada hasta ese momento.

Seth estaba llorando, arañándose la cara con las manos. 

Y Hyori casi había olvidado que su hermano podía verse así.

–Sisi– el apodo infantil se le escapó entre los labios al acercarse. El chico negó con la cabeza.

–No... no pensaba que ibas a volver… temprano– comenta, retrocediendo en el sofá y ocultando el rostro.

–No es… temprano…– susurra. –Eso no importa. 

De un movimiento se quita la sudadera (bastante mojada), apurándose a sentarse junto a él. 

–¿Qué pasó?

–Nada especial.

Seth intentó pararse del sofá, listo para encerrarse en su cuarto, pero su hermana lo volvió a su lugar de un tirón.

–No seas orgulloso–, lo regaña. 

Solo se permite pasar un brazo suelto sobre sus hombros, esperando a ver su reacción, esperando transmitirle que está ahí, para él. Si se aleja de nuevo no va a detenerlo, no estaría bien. Pero si se queda…

Seth permanece inmovil. Tiene el cabello suelto, largo hasta sus hombros, así que Hyori no puede verle el rostro. Está a punto de abandonar el abrazo cuando nota un breve movimiento, las manos que descansaban sobre sus muslos ahora son puños.

Sus hombros se mueven bruscamente, y antes de poder hacer nada, el chico ya se lanzó contra ella, abrazándola por la cintura con más fuerza de la necesaria. Hyori lo rodea de inmediato con sus brazos. 

Escuchar la forma en que hace fuerza para no romperse, para no gritar, le rompe el corazón.

Pasaron unos minutos en silencio. Sólo cuando lo escuchó sorber por la nariz notó que estaba llorando de nuevo. Apretó el abrazo.

–¿Te acordas de lo que dijo mamá?– sus palabras salen rasgadas y bajas, pero Hyori no se anima a romper el abrazo para ofrecerle agua. –¿Sobre lo que sintió cuando se vieron por primera vez?

Ella asiente, lo suficientemente fuerte como para que Seth sienta su respuesta aunque no la vea.

–Cosquillas que te hacen querer reír– recuerda él de todas formas. –El saber que todo va a estar bien a partir de ese momento, sin importar qué pase. Y después…

–Esa necesidad de estar cerca, de correspondencia. Extrañar al otro, con nostalgia, aún cuando no hay demasiados recuerdos juntas– completa Hyori, susurrando.

Seth se aparta, esta vez mirándola a los ojos.

–Cuando pasa eso da miedo– explica. –No estás seguro de que sea lo que se supone que es… Después de todo no hay pruebas que… O sea, quizás lo de ellas fue pura suerte… Pero…

–De todas formas lo estás sintiendo– lo interrumpe al notar la duda en su voz, –y la idea es demasiado buena como para pensarlo demasiado?

–Porque es lo más parecido que sentiste– continúa, apasionado. Comprendido. –Y te sonríe como si estuviera sintiendo lo mismo. Y no te mira como los demás. Y le crees.

Hyori asiente. Una punzada amarga le recuerda que nunca sintió nada parecido, pero esto no es sobre ella.

Seth deja de mirarla.

–Pero… Sos… No sos como… Sos un alfa demasiado delgado… y débil, y afeminado…  ¿verdad? No sos…– murmura, su voz llena de dolor. –No soy como ellas…

Sus palabras la confunden. Intenta interrumpirlo, pero no lo logra. Se limita a escuchar la amargura espesando su voz. 

–Un chiste, una anécdota vergonzosa y ¿por qué me llamaría? Selene… soy un imbécil

–No lo sos– lo regaña, tan rápido como puede. –Ni un imbécil, ni un chiste, ni una mala anécdota– agrega.

–No dije mala, solo vergonzosa– la corrige Seth, una pequeña sonrisa sarcástica en sus labios. 

–Creí que esto de insultarte había terminado…

–La terapia se terminó– vuelve a corregirla, esta vez con menos diversión. –Se supone que ahora tengo las herramientas para salir de mis crisis, -y las tengo-, pero eso no hace desaparecer todo ¿sabés? Yo… A veces necesito llorar cuando algo me hace mal, perdón por molestar.

Hyori conocía ese tono. Conocía cuando Seth estaba por encerrarse en sí mismo.

Odiaba ese tono.

–Solo me preocupo por vos– sentencia, firme pero amable. –Todos nos preocupamos por vos, porque te amamos.

–Lo sé, y lo agradezco– aclara. –Pero el amor que recibo de ustedes no es…

Deja la frase sin completar. Hyori sabe desde dónde está hablando, casi puede escucharlo tragarse las palabras que le aterra decir. A ella no.

–No es suficiente– completa.

Los ojos del chico se cristalizan.

–No es… el que quiero…

No podría negar que duele, después de todo le es natural el deseo de ser suficiente (la frustración de saber que no lo es). No podría negar que una voz en su cabeza susurra reclamos en su contra. Sin embargo, cuando habla de nuevo no lo hace desde el dolor.

–Seth…– llama su atención. Él la mira, casi avergonzado. –Sos inteligente, pero a veces parecés idiota.

Nadie dijo que ella era buena consolando a las personas.

–Nadie más que vos puede cambiar cómo te ves, o lo que valorás de vos mismo– continúa. –Pero creo que estás… ¿cómo es la palabra esa… que Dohyun suele decir cuando quiere parecer intelectual?

–Epigastrio

–No

–Heces

–Proyectando– lo corta. –Creo que estás proyectando la forma en que te ves en los demás. Justaposiendo tu idea de vos mismo -que es bastante negativa- como justificación de las acciones ajenas.

Seth la observó.

–Creo que quisiste decir yuxtaponiendo, y ni siquiera estoy seguro de que eso sea gramaticalmente correcto, pero entiendo tu punto– la corrige rápidamente. 

Hyori lo abraza, sintiéndolo apoyar el mentón sobre su hombro. Resignado.

–Los demás puede que piensen eso de vos… las cosas que mencionaste– admite. Decir lo opuesto sería solo una mentira bonita. –Pero eso no quiere decir que tengan razón.

Silencio.

–Duele– confiesa en un susurro.

–Lo sé, lo siento...– suspira. –Lamento que solo encuentres idiotas en tu camino…

El silencio regresa entre ambos, pero esta vez hay una extraña tranquilidad en el ambiente.

–Solo fue algo de una noche pero… bueno, pensé que lo había encontrado.

–¿Fue algo de una noche porque pensaste que lo habías encontrado?

–No… De hecho lo pensé al despertarme… Lo miraba dormir y, eso.

–Lo mirabas dormir, probablemente por eso no te llamó.

Rompen en carcajadas, aún cuando los ojos de Seth dejan salir algunas lágrimas. El abrazo se aprieta, y por reflejo, Hyori comienza a acariciarle el cabello.

–Si fue algo de una noche porque así lo quisiste, entonces está bien… sería más complicado… digo. No importa. Va a dejar de doler– susurra con firmeza. 

Al regresar del trabajo, Dohyun los encuentra dormidos en el sofá, justo como cuando eran pequeños. 

Les acaricia el cabello hasta despertarlos, con una sonrisa dulce y unos vasos de agua fresca, antes de que sus madres lleguen y se preocupen.

Seth estuvo todo el día con el corazón roto y una sensación tan pesada e indescriptible que lo mantuvo al borde de la náusea durante todo el día. Dohyun lo sintió por el vínculo. 

Pensaba acercarse al regresar, pero Hyori parece haber manejado la situación bien. 

Hyori, la pequeña salvaje que solía perseguirlos por la casa aún en pañales. 

Sus hermanos han crecido demasiado rápido.

🐷🐷🐷🐺

Hyori

Te veo conectado

Mañana te vas a ver como un zombie si no dormis un poco

Estás mejor?

Seth

Si

Todo va a mejorar pronto

Hyori

Te amo mucho hermanito 🥺💕

ay gracias 🥺

Hyori

saquese 

viejo ladri

si no querés que me meta hablen en privado

y dejen dormir mierdas

no ven que soy un alfa trabajador ahora 😎

un proveedor

un sensual y masculino proveedor del hogar

Emilia te eliminó de la conversación


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