Capítulo 34

 Estaba cansada, acalambrada y molesta.

Una mirada al reloj y confirmó que a esa hora estaría saliendo del colegio. Claro, en un día normal.

Estudiar encerrada en un lugar lleno de gente olorosa no era la mejor parte de su día, pero lo prefería antes de su situación actual. El agua fría no aliviaba la sed, sin importar cómo se acostara, los calambres la atormentan, y aunque la habitación parecía hervir a su alrededor, no se animaba a abrir la ventana. El barrio entero se enteraría de su celo si lo hacía, y eso, además de parecerle vergonzoso, también era un peligro.

Decidió darse un baño de agua fría. 

La casa apestaba a café cuando el timbre sonó.

YOONJUN (2do año)

bebuuuu

voy a pasar por tu casa más tarde!

ni te ilusiones, no voy a realisarte la cojision… 

a menos que… me lo pidas, beibe 😏😛😗

igual te llevo malas noticias

tu panocha: *😔*

recién leo tu porquería

te espero, mugre

Ya llegaste? quién sos, flash?

aguantá compadre, 

recién te contesto el mensaje y ni siquiera salí del baño

QUE PESAO QUE ESTÁS PELOTUDO DALE Y DALE CON EL TIMBRECITO

PUEDO VER QUE ME LEES LOS MENSAJES

HACES TODO ESTO PARA VERME EN TETAS NO?

PORQUERÍA

ESTÁS DESNUDA?

NO TE ILUSIONES

YA VOY DEJÁ DE TOCAR EL TIMBRE

HYORI DECIME QUE NO VAS A ABRIR LA PUERTA EN PELOTAS

me cago en todo

la próxima vez que me digas que venis desconecto el timbre


–¡Ya estoy acá, cortala!– grita mientras abre la puerta. 

Al instante se queda congelada, calor quemándole las mejillas. 

Al otro lado está Black, con la camisa desacomodada, la corbata floja y unas hojas en las manos, sorprendida mientras la mira de pies a cabeza.

–¿Se puede saber qué haces en mi casa?– interroga, molesta.

Ella solo frunce el ceño.

–Oles raro.

Hyori se juró en ese instante, matar a Lee Yoonjun a toda costa. El celular vibró en su mano, pero ella bloqueó la pantalla sin darle una mirada.

–Se llama agua y jabón, deberías probarlo de vez en cuando– 

Obviamente que no había abierto la puerta desnuda, Yoonjun se creía cualquier estupidez que leía. Pero la toalla que usaba para cubrirse, aunque le había parecido suficiente para su mejor amigo, no era nada cómoda frente a otra persona.

No, que la persona fuera Nova no tenía nada que ver. No le importaba.

–Oles como café pero concentrado– divaga. –Como cuando dejas en remojo los granos en agua caliente… No es como siempre

Ella había ignorado la ofensiva. Bien. 

–Sí, es que estoy con un asunto...– se excusa, vagamente. Apoyándose contra el marco de la puerta, cruza los brazos sobre el pecho y reprime el escalofrío, su pelo mojado comenzaba a helarse contra su piel. 

Nova relaja la expresión, asintiendo.

–Cierto, intoxicada con pepino

–Qué

–Algo así dijo Yoonjun– explica esta vez. 

–Dijo eso– afirma, incrédula. 

La vergüenza la carcome y, de inmediato, organiza en su mente cinco formas de asesinarlo, desde la más dolorosa a la más sangrienta. Al menos hasta que una idea la hace sonreír con malicia.

–¿Te dijo?… ¿Preguntaste por mí, Black?

Su cara se transforma.

–No, no lo haría– responde de inmediato, ofendida por la idea. –Escuché cuando hablaba con el profesor de matemática

Los ojos de Hyori se amplían hasta lucir desorbitados.

–Al profe de- que pedazo de caca que es– murmura. –Lo voy a reventar a piñas.

–Bueno… al menos te cubrió en la mentira ¿verdad?

–¿Mentira?

–Mentiste para faltar,– aclara, –y él te cubrió… ?

–No yo…– Hyori sacude la cabeza y, por un momento, parece relajarse. Luego su expresión se endurece. –No es que sea de tu incumbencia… pero no mentí para faltar.

–¿Estás enferma?– pregunta Nova de inmediato. Casi luciendo preocupada.

Hyori no contesta, después de todo tampoco sabría qué decir, pero su silencio nunca la detuvo. Nova olisquea el aire, mandando una oleada de nervios que bajan por su espalda y erizan aún más su piel húmeda.

Sabía que olía ‘raro’. Sus hermanos y sus madres lo habían dejado claro. Pero ¿todos podrían adivinar que estaba con su celo solo por ello?

–¿Estás sola y enferma?– repite, con algo de incredulidad.

–¿Te importa?– responde esta vez, claramente a la defensiva.

–No conozco a tu familia, pero es extraño que te abandonen cuando estás enferma… ¿Necesitas que llame a alguien? Podría buscar a Yoonj…

–Estuve con mi celo ayer a la tarde– la interrumpe. –Decidí faltar por eso, Black.

Las mejillas le queman y se siente mínimo confundida por su actitud, pero logra mantener una expresión desdeñosa. Nova podía actuar inocente, podía fingir que no sabía de su celo (poco probable), podía sugerir cosas ofensivas sobre su familia y todo lo que quisiera, pero no iba a atraparla desprevenida.

Por alguna razón Yoonjun no había llegado a su casa, aún después de decirle que iría, y por alguna razón Nova estaba frente a ella, fingiendo estar preocupada.

Hyori iba a descifrar su juego, e iba a ganar.


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