Capítulo 25

–Acabas de nalguearme– afirma. 

Su voz es monótona, como si no quisiera arrancarle la piel centímetro a centímetro.

El alfa sonríe con autosatisfacción.

–¿Tenía que pedirte una cita antes?– ironiza, la sonrisa ladina pronunciándose en su rostro, sus ojos recorriéndola de pies a cabeza de nuevo, sin disimulo –no tendría problemas en hacerlo.

–¿Y si pedís una con tu dentista?– responde con una sonrisa amplia y falsa. –Desaparece o te rompo los dientes, y la vas a necesitar.

–¿Qué mierda me dijiste, omega?– la altanería seguía ahí, pero la coquetería se había esfumado. 

–Park para vos, no Omega– aclara y se acerca. –Y dije que te esfumes antes que te rompa la cara, ¿escuchaste esta vez? ¿O necesitas limpiarte las orejitas?

Los estudiantes que ya regresaban a sus salones ahora caminan despacio bordeando al grupo. La mayoría no parece detenerse demasiado, pero la curiosidad es más fuerte que la autopreservación. 

Hyori los ignora, sintiendo sus dientes empujar por más espacio, el enojo y la adrenalina recorriéndola. 

Un segundo la mira con furia y al siguiente la toma por las solapas de su blazer, arrugándolas en sus puños mientras sus narices se rozan. 

–Cuida tus palabras, porque no golpeo a omegas pero voy a hacer una excepción si me faltas el respeto– gruñe el desconocido contra su rostro. 

Hyori resopla con desprecio, entrecerrando los ojos.

–Y yo te debo respeto porque… ?

–Porque soy un alfa y te puedo romper el cuello si se me antoja, por eso– amenaza, curvando sus labios de forma desagradable.

–¿Solo así? Wow, que malote.

Su sonrisa de dientes afilados parece enloquecerlo. Tensando la mandíbula, sube una mano para apretarle el cuello. La piel de Hyori se eriza, incómoda bajo su toque.

–Voy a enseñarte una lección, omega– declara.

–¿Me vas a lastimar?– pregunta ella esta vez, con un tono infantil y abultando los labios. 

Realmente empieza a disfrutar la situación. El entusiasmo le ilumina el rostro.

 –Te voy a enseñar lo que es lastimar, alfa.

No fue suficientemente rápido para evitarla la primera vez. Su rodilla le golpeó la entrepierna y él atinó a empujarla lejos. 

Hyori apenas tropezó con sus propias piernas, se le escapó una risa divertida. Frente a ella, un alfa furioso. 

Torció su cuello hacia ambos lados, al menos hasta escucharlo tronar, y se lanzó hacia adelante, lista para la pelea.


📣 ÚLTIMO AÑO

Amos

Primer piso

el bebedero con el grafiti amarillo

Tate

Estaba por acá y estoy presenciando todo todillo

Onyeka

Ni siquiera voy a ir

Escuché mientras subía que hablaban de un omega puteando a un alfa

Obvio asumí que es Hyori, y no necesito ver como se caga a piñas con Nova otra vez

Si se matan me avisan

Tate

Miren que soy el primero en admitir que es mUY pelotuda

pero no fue ella esta vez

creo que ni Nova se arriesgaría tanto...

(Igual con esta nunca se sabe)

cómo que “esta”?

Más respeto che 😠😠

Tate

entendiste mal amicha

yo estoy hablando de Nando

Nando? 🤨

Tate

el que tengo colgando 🤣

Colgando dice, 

y tiene un porotito sin germinar

Tate

DEJAME EN PAZ


Nunca esperaba el ataque, siempre a la ofensiva. 

El chico bloqueó un golpe de puño cerrado, mordiendo el anzuelo que Hyori había usado y recibiendo una cachetada como recompensa. Nova se permitió sonreír un poco mientras la observaba, después de todo, en ese momento ella era una simple espectadora. 

Quizás era la primera vez que se detenía a verla pelear con alguien más.

Era fácil deducir que el alfa no había esperado su reacción, parecía sorprendido y molesto mientras lanzaba golpe tras golpe. Ella continuaba esquivandolos con una sonrisa altanera. Entre cada uno le daba palmaditas en el rostro, divirtiéndose a su costa.

En silencio, Nova se preguntaba ¿Qué había pensado el tipo que pasaría al tocarle el trasero a una desconocida?

Era más ágil y rápida que semanas atrás, pero eventualmente se descuidó -arrogante- y él logró darle un golpe en el hombro; puño cerrado y fuerza suficiente para hacerla perder el equilibrio. 

Solo entonces, Hyori cambió los cachetazos por un duro golpe en la nariz con la parte baja de su palma. 

El golpe lo hizo trastabillar un poco hacia atrás, con los ojos aguados y las lágrimas mezclándose con la sangre en su barbilla. 

Con Hyori, las peleas se mantenían limpias hasta que alguien lo arruinaba, y a ella le encantaba que los demás rompieran esa regla. En lugar de atacar mientras él detenía la sangre, cruzó los brazos y se apoyó en una columna del pasillo, esperando a que decidiera volver al ruedo, lo cual no tardó demasiado en suceder. 

Cargó hacia ella furioso y veloz, Hyori enganchó su brazo por el codo y lo empujó, saboteando su dirección para estrellarlo contra los casilleros. No pudo frenar a tiempo y su cara golpeó contra el metal, Una de las puertas, aún vibrando, se abrió con un chirrido, los papeles y libros contenidos dentro se regaron por el suelo. 

Ese fue su error.

Un instante. 

Hyori siguió con la mirada las hojas y el desconocido no le dejó pasar la distracción. 

Torció la delgada mano que seguía apoyada en su brazo hasta escucharla crujir y, antes de que ella pudiera gritar de dolor, la lanzó contra los mismos casilleros. 

Del círculo de observadores a su alrededor nadie tenía intención de meterse, aunque un par de alfas parecían listos para lanzarse a proteger a la omega si la pelea se iba de control -seguramente por presión social-, pero aún no lo hacían. Todos se limitaban a observar la situación con sorpresa y, algunos, con desaprobación; Nova ni siquiera pensaba en moverse.

Mayormente porque sabía que Hyori le arrancaría las uñas con una tenaza a cualquiera que se metiera a defenderla. Pero también porque no podía hacerlo.

Si se movía no sabía qué haría.

Por fuera parecía apenas interesada, pero en su interior los nervios torturaban a su lobo; literalmente tenía que enterrarse las uñas en las palmas de las manos para mantener el control sobre sí misma, repitiendo como mantra que no le correspondía intervenir. 

Ellas no estaban relacionadas de ninguna manera.

No pesaba demasiado, así que para alguien de su altura fue fácil: antes de que ella pudiera deshacer el agarre o alejarse, el alfa volvió a estrellarla contra el metal. Una punta de acero despintado se clavó en su cabeza, dejándole una herida que sangraba abundantemente cerca de su frente.

Las gotas comenzaron a caer en el suelo y él se auto-declaró ganador, soltándola con un empujón. Hyori se tambaleó sobre sus piernas un segundo antes de caer al suelo.

Parecía una marioneta a la que le habían cortado los hilos. 

El pasillo se volvió un caos. El chico empezó a jactarse de ganar, bramando sobre los omegas que no recordaban su lugar y cómo deberían enseñarles tarde o temprano; y sus amigos retenían a Yoonjun, que le gritaba mientras trataba de acercarse a Hyori.  

Nova se sentía algo mareada. 

Hyori estaba boca arriba, con un corte por encima de la ceja que le había manchado el rostro y las manos. Tenía los ojos cerrados.

Nova estaba muy mareada, su corazón latiendo con tanta fuerza que lo sentía en los oídos.

Eso y el miedo asfixiante de su lobo.

Su pálido rostro se contrajo, frunciendo el ceño. Hyori estaba bien, obviamente; no era más que un corte, y matar un cánido era más difícil que un golpe en la cabeza. Nova lo sabía, aunque no podía calmar a su lobo con eso.

Hyori sollozaba, tocandose la herida con una mano y murmurando algo con voz padeciente. Y mientras la escuchaba gemir de dolor, Nova al fin pudo relajar sus músculos un poco, dejando salir una sonrisa suave.

Sus miradas se encontraron y la alfa levantó las cejas: ¿en serio Park?.  Por su culpa, casi suelta una carcajada -lo supo al notar un pequeño tic en sus labios-. 

Habían peleado demasiadas veces, Nova conocía todos sus trucos. Conocía cuando había empezado su juego sucio.

El alfa se acerca a Hyori de nuevo, dispuesto a regodearse de haberle dado una lección, ella murmura algo mientras trata de ponerse en pie y, lo que sea que haya dicho, a él le parece suficiente para patearla.

Pero su pie no se aleja a tiempo.

Él apuntó al abdomen, y el cuerpo de la omega se enroscó sobre el punto de impacto, en su pie, apretándolo entre brazos y piernas. Hyori rueda por el suelo hasta hacerlo caer, y una vez que lo logra, no pierde tiempo y se le sube a horcajadas.

El chico trata de golpearle el rostro o tomarle el cabello, pero ella encuentra sus manos y forcejean hasta que logra apretarlas bajo sus rodillas. Él patalea, golpeándole la espalda con sus rodillas, pero ella no parece notarlo mientras toma uno de los libros desperdigados en el suelo. 

Es de tapa dura, rojo ladrillo con letras blancas. Lo levanta sobre sus hombros como puede, uno de sus brazos está evidentemente roto, pero eso no la detiene y le golpea el rostro. 

Salvaje, como siempre.

–¡Voy a meterte la lección en el cráneo, bastardo apestoso!– gritaba enfurecida.

El alfa soltaba gritos y gemidos, tratando de quitársela de arriba. No lograba rodar y Hyori no se detenía, ni siquiera cuando ya era evidente que le había roto la nariz.  

–¿Con que te debo respeto, huh?– ironiza, –¡Respeto mi pie!

Los amigos del chico soltaron a Yoonjun, que levantó a Hyori por la cintura y la arrancó de la pelea. 

–¡Se va a ahogar! ¡ya ganaste, dejalo!– le gritaba mientras esquivaba sus tarascones. 

El libro se resbaló de sus manos y quedó en el suelo, los bordes de las hojas empapados con sangre. El chico escupía en el suelo, respirando con dificultad a través de las lágrimas, los mocos y el hedor metalizado.

Hyori parecía satisfecha, pero también lista para continuar peleando. No parecía notar la forma en que sus piernas sangraban, cubiertas por los rasguños que él le había hecho para defenderse, y quemadas al arrastrarse en el suelo. 

Era pura furia.

–Vamos, ¿no ibas a enseñarle una lección a esta omega?– lo retaba intentando soltarse.

Muerde a Yoonjun en el brazo y, cuando nada la restringe, se aproxima al desconocido en el suelo. 

Ni siquiera sus amigos se animan a detenerla. 

Imprudente, se agacha junto a él y lo toma por la barbilla, obligándolo a cruzar miradas. 

–Quiero que te mires en el espejo, peste,– gruñe –y pensés dos veces antes de tocar a alguien sin permiso.

Sin mirar atrás, Hyori se alejó de los espectadores.

Al alfa aún le salía algo de sangre por la nariz cuando sus amigos lo ayudaron a levantarse. Sus ojos estaban vidriosos y reflejaban un fuerte enojo, pero no parecía dispuesto a tomar revancha.

Casi veinte minutos después del final del receso, Hyori apareció en su clase. Su piel ya estaba sana y limpia, pero tenía el uniforme desacomodado, sucio y descosido. 

El profesor de turno simplemente negó con la cabeza, decepcionado, y le dijo que tenía una llegada tarde y una detención por el uniforme inadecuado. 

Nova dudaba que al tipo le molestara el uniforme o el horario, y en el último año no se molestaban en sancionar las peleas porque eran constantes -grupos con cánidos recientes, volátiles a la más mínima presión-. No, el problema no eran esas faltas al código. 

El problema era con los omegas que se metían en peleas, sobre todo contra alfas.

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